La distribución de las herramientas y materiales en nuestro taller de cerámica es uno de los factores más importantes para garantizar un trabajo seguro y limpio. Si dispones de un espacio amplio, lo recomendable es dividirlo por zonas, cada una con una función diferente. En la mayoría de los casos pero -sobre todo si estás empezando en el mundillo de la cerámica artesanal- lo más común es tener un espacio reducido y multifuncional donde desarrollar todas las fases de producción. En este último caso, será necesario que te organices bien, estableciendo un protocolo de limpieza a seguir cada vez que finalices la jornada.
Reduce los riesgos
Recuerda que trabajar con arcilla implica trabajar con agua, barro, polvos, esmaltes (algunos con componentes tóxicos),… Dado que en esta actividad se emplean materias que pueden ser nocivas para la salud, es importante que desde un principio intentes reducir al máximo los riesgos.
Examina tu espacio de trabajo y ponte en el lugar de las personas que trabajarán en él: ¿los pasillos son suficientemente amplios? ¿Existe riesgo de tropiezo con cables, máquinas u otros elementos? ¿Está suficientemente iluminado? ¿Es posible ventilar este espacio? ¿Los materiales están debidamente identificados con etiquetas y cerrados para evitar derrames? ¿Las estanterías y mesas son resistentes y estables? ¿Hay disponible cerca material para limpiar durante el trabajo?
Se trata de ir dando una solución pautada a cada una de estas cuestiones, de esta manera sabrás cómo actuar en cada situación de una manera segura.
Puntos importantes a tener en cuenta en seguridad e higiene:
- Trabaja en un espacio libre lo más amplio posible, bien ventilado e iluminado.
- La mesa u otras superficies de trabajo deben ser impermeables. Evita soportes de materiales porosos (incluso para el suelo del taller) para poder limpiarlos con facilidad y evitar que queden impurezas pegadas. Es aconsejable optar por bases metálicas, de plástico u otros materiales resistentes y lisos, principalmente para amasar, moldear y esmaltar la arcilla.
- Ten cerca un fregadero con agua limpia. De aquí podrás extraer el agua con el que trabajar y empapar los trapos de limpieza. Importante: no te limpies las manos ni las herramientas en el fregadero. La arcilla que vaya a las cañerías puede obstruirlas, lo que acabará suponiendo una reparación muy cara. Es mejor optar por un cubo lleno de agua o cubos de decantación, donde pasado un tiempo las partículas de arcilla se acumularan en la base del recipiente.
- Evita fumar, comer, beber o cualquier otra actividad que pueda “contaminar” la arcilla. Trata también de no generar más polvo limpiando rápidamente las manchas de arcilla y engobes.
- Limpia las herramientas y recipientes que has utilizado al finalizar la jornada.
- Utiliza delantal y lávalo con frecuencia, al igual que tu ropa de trabajo y zapatos.
- Para el suelo y las mesas de trabajo del taller de cerámica es mejor pasar la aspiradora y no la escoba. Una vez aspiradas las impurezas, pasa un paño húmedo.
- Cuando trabajes con polvos (esmaltes, engobes, yeso para moldes, proceso de pulido…) es muy recomendable ponerse una mascarilla y gafas protectoras.
- Ten cerca un botiquín para poder curarte si sufres un corte o arañazo.
Presta atención a los componentes tóxicos
Algunas arcillas y colorantes pueden contener materiales altamente tóxicos. En especial, debes utilizar con precaución aquellos que contienen: antimonio, bario, cadmio y plomo. En el caso de los óxidos para obtener colores, su manipulación también debe realizarse con mucho cuidado.
Actualmente la mayoría de fabricantes de arcilla y colorantes para cerámica informan de estas características en las etiquetas del producto. Aun así, es importante asegurarse de su composición y qué riesgos implica trabajar con ellos. Pregunta al vendedor si tienes alguna duda ya que juegas con tu salud y la de tus clientes.
En el caso de los hornos, esta toxicidad puede estar presente, sobre todo si es un horno de uso compartido. Por ejemplo, los materiales que contienen trazas de plomo solo pueden destinarse a objetos decorativos, no de uso alimentario (como tazas o vajillas). Si en una de las horneadas anteriores alguna pieza contenía plomo, es posible que haya partículas de este en el horno. Es importante limpiar en profundidad las paredes interiores de esta máquina o, si quieres ir sobre seguro, utilizar un horno que únicamente se destine a cocciones de objetos de uso alimentario. De esta manera, evitarás la contaminación cruzada.
Esperamos haberte ayudado con estos consejos sobre higiene y seguridad para tu taller de cerámica hecha a mano. Si tienes cualquier duda o quieres compartir tu experiencia, no olvides dejar tu comentario. En Labois nos encantará escuchar tu historia. Y recuerda que si buscas asesoramiento en marketing para tu negocio, te ofrecemos consultorías personalizadas, donde te ayudaremos a conseguir tus objetivos y hacer que tu negocio sea rentable. Contáctanos aquí.