Como vimos en el anterior post, guardar las herramientas es vital en nuestro día a día, trabajemos en un taller o en una oficina. Por ello, hoy vamos un paso más allá y abordamos otros de los elementos clave: las cajas de herramientas. Y es que, por curioso que parezca, existe una para cada oficio y no siempre es fácil acertar en la elección.
Cajas de herramientas: la imagen de un profesional
¿Te has parado a pensar alguna vez cuánto tiempo dedicas a encontrar una herramienta? Más allá de lo ordenados que seamos, las cajas de herramientas son una muestra de nuestra profesionalidad. A efectos prácticos, una caja de madera o plástico también nos puede servir para llevar herramientas. Son resistentes, prácticas y nos permitiría encontrar los utensilios rápidamente. Además, podríamos guardar varias cajas, una encima de otra. Entonces ¿por qué gastar más en cajas de herramientas si con una caja normal tengo el mismo resultado?
Esta reflexión es más común de lo que parece. De hecho, gastarse dinero en una caja de herramientas suele dar bastante pereza, sobre todo si nunca va a salir del taller. Pero, una vez más, debemos plantearnos nuestro grado de profesionalidad y eficiencia.
En una caja cualquiera existe un alto riesgo de rotura o vuelco. Un martillo puede pesar poco, pero si le sumamos un formón o unos tornillos con facilidad podemos superar los 2 kilos. Si además queremos transportar herramientas eléctricas (taladros, soldadores,…) y sus componentes (brocas o puntas por ejemplo) podemos sobrepasar fácilmente los 10 kilos. Inconscientemente, el peso de una caja transporta ya una carga superior para la que se fabricó, con todos los peligros que ello supone.
Resistencia y adaptabilidad, factores clave
Ligado a este punto está el grado de resistencia. Sea de madera o plástico, deberemos considerar el tipo de uso que le vamos a dar a las cajas de herramientas. Si buscamos algo sencillo porque nunca saldrá del taller, lo mejor es un recipiente adecuado. En el caso que tengamos previsto utilizar una caja de herramientas puntualmente, podemos optar por una de gama profesional pero económica.
En todo caso deberemos buscar cajas aptas para nuestras herramientas. Tradicionalmente, uno de los primeros proyectos que realizaban los aprendices de carpintero era fabricar su propia caja de herramientas. Por aquel entonces hacían uso de la madera, como era de esperar, para su elaboración. El principal condicionante no era tanto las medidas o el peso, sino la distribución interior. Cada oficio requiere compartimentos específicos, adaptados al tipo de herramientas que utiliza.
Actualmente existen muchos tipos de caja, fabricadas con materiales como el plástico rígido, el acero, el aluminio o composites de alta resistencia. Cada modelo está penado para ofrecer la máxima adaptabilidad a todo tipo de trabajo. Aun así, no siempre es suficiente. No es de extrañar pues que muchos profesionales acaben realizando ellos mismos su propia caja de herramientas.
Nuestra recomendación es que selecciones las herramientas que más utilizas, clasificándolas por “vitales” y “auxiliares”. Las primeras son las que deberás llevar siempre encima y determinaran el tipo de caja, las que sin ellas no podrías trabajar. Las segundas son necesarias pero su uso es más puntual.
Diseño y conservación de las herramientas
Seas profesional o aficionado, el diseño de tus cajas de herramientas debe ser coherente con tus proyectos. Además de la apariencia, que dependerá del gusto de cada uno, la funcionalidad es la principal prioridad. Más allá del precio, debemos cuestionarnos si esta caja cuidará bien de nuestras herramientas. Por ejemplo, si utilizamos herramientas de corte, como cuchillos o formones, es importante que la hoja quede protegida. Así también, los mecanismos de sujeción deben ser firmes y fáciles de accionar.
A día de hoy ya podemos encontrar cajas de herramientas que nos aportan todo lujo de detalles. Desde tapas que nos ayudan a sujetar objetos para poder cortarlos mejor hasta cajas con conexiones USB para cargar el móvil.
Si buscas referencias a nivel de marcas, Craftsman es un referente en cajas de herramientas tipo mecánico. Por otro lado, Milwaukee o Stanley son marcas reconocidas, con diseños universales pensados para la mayoría de trabajos manuales. Por otro lado, la norteamericana Starrett realiza cajas y sets en madera de alta calidad que seguro harán las delicias de los más nostálgicos.
Finalmente, si crees que lo mejor es hacerte una caja de herramientas tú mismo, te dejamos aquí un tutorial para seguir paso a paso. El resultado es espectacular.
Nosotros lo dejamos aquí por hoy. Y vosotros ¿qué cajas de herramientas utilizáis? ¿Qué requisitos deben cumplir?