Acabamos nuestra ruta por Aveyron, en la ciudad de Figeac. Situado en el departamento del Lot, es una de las ciudades con más encanto dentro de la región de Midi-Pyrénées. Somos muy fans de esta región por su bella combinación entre patrimonio, tradición y naturaleza. Si visitáis esta zona, no os podéis perder los encantos de Figeac que contamos a continuación.
Figeac, una ciudad medieval
La ciudad de Figeac data desde tiempos inmemoriales, donde tuvo una gran importancia durante la época medieval gracias al comercio. Es fácil imaginarse aquella época con tan solo observar los edificios construidos durante del medievo. Perderse por sus calles es como un viaje a través del tiempo en perfecta armonía con la vida actual. Hoy en día sigue siendo una ciudad con mucha vitalidad, gracias a sus gentes y sus vidas. La mejor denostación de ello, es el famoso mercado de Figeac.
Durante los sábados de todo el año, la ciudad se transforma -literalmente- en un comercio viviente. Toda la ciudad se llena de un fantástico mercado lleno de sensaciones. Podemos encontrar desde los productos más básicos como fruta, verdura, embutidos, quesos, huevos, pan y viennoiseries. Todas las piezas colocadas con mucho mimo, donde es imposible no comprar (y hacer fotos). Pero aparte de lo más básico, encontramos paradas con platos preparados, desde pollo asado, comida china, vietnamita, española… La combinación de colores y aromas, atraen a cualquier transeúnte. Pero el mercado no acaba aquí. También se dedica espacio a los productos artesanos, flores y ropa.
Acabado el mercado, en menos de 30 minutos la ciudad vuelve a ser la de antes. Y en su lugar, encontramos agradables terrazas en la plaza del mercado. Es una tradición ese día desayunar en alguna terraza para aprovechar el sol o ir a comer después del mercado. Encontramos varios restaurantes con encanto donde disfrutar de comida tradicional con productos locales.
Faraones y escritura
Figeac y Egipto tiene una importante historia en común, que provocó un antes y un después en la historia. Aquí nació Champollion (1790-1832), el descifrador de los jeroglíficos egipcios a partir de la Piedra Roseta. La ciudad conmemora este gran descubrimiento con el museo Champollion, dedicado a la escritura. Este museo, único en Europa, recoge la historia de las escrituras del mundo, situado en la misma residencia de Champollion. Una parada obligada en Figeac, que continua con la Plaza de los Escritores. Está formada con una inmensa baldosa de granito negro que cubre toda la plaza. Lo maravilloso de esta plaza es que a nuestros pies encontramos los jeroglíficos de la piedra Roseta.
Artesanos en Figeac
En las calles de Figeac, encontramos muchos negocios con encanto a los que no os podréis resistir. Desde bonitas librerías donde tomar el té, maestros artesanos del chocolate, cerámica handmade… Como nos hemos aficionado últimamente a los cuchillos artesanos, nos gustaría destacar el herrero Fabrice Chassint. Elabora navajas en forma de hélice debido a su gran pasión por la aeronáutica. Su cuchillo más famoso, “Le Figeac” representa la hélice Bréget fabricada en los años 1990, por el principal fabricante de aviones Global. Son cuchillos hechos artesanalmente con materiales de alta calidad, con diferentes opciones de mangos de madera. La originalidad de estos cuchillos y su calidad, los convierte en piezas únicas de coleccionista. Si a vosotros también os han gustado, los podéis conseguir en su tienda online.
Nosotros lo dejamos aquí, esperamos que os haya gustado Figeac tanto como a nosotros. ¿Conocéis algún otro pueblo de Midi-Pyrénées para recomendarnos? 🙂