Descubre el Lot – Dordogne

Viajar por el Lot – Dordogne no es una propuesta convencional. De hecho, todavía sigue siendo una zona por redescubrir, si bien en los últimos años es un destino cada vez más popular. Quizás recordéis la espectacular campaña promocional de Midi Pyrenees, en la que se aludía al a región. Historia, gastronomía y un paisaje bucólico. A nosotros nos cautivó la idea, así que decidimos descubrir en primera persona esta preciosa región de Francia.

En el post de hoy, os presentamos una selección de algunos de los mejores lugares la Dordogne – lot. Si eres de esas personas que busca un lugar mágico, tranquilo y con mucho encanto, no puedes perderte estos sitios:

Viajar a Lot – Dordogne: 

Rocamadour

Empezando desde el sur, es la primera villa que encontramos, situado en un enclave espectacular entre el río y un pronunciado precipicio. Rocamadour es una ciudad-santuario dedicada a Sant Amador, repleta de peregrinos, turistas y viajeros curiosos.

Si vais es coche, es aconsejable aparcar en la periferia o en los parkings situados cerca del punto de información turístico. Allí empieza uno de los principales caminos a pie, que desciende hasta el nivel más bajo de la ciudad. Desde aquí podréis sacar fotos fantásticas con la ciudad al fondo.

La espectacularidad de Rocamadour toma otro enfoque al entrar en la ciudad. El pasado medieval se mantiene todavía intacto, conservando ese aire histórico que tanto nos gusta. Su principal calle, repleta de restaurantes, tiendas y actividades para turistas, viene determinada por la verticalidad de la zona. Es en esta calle dónde encontraréis las escaleras para subir al santuario y hasta el castillo situado en la cima de la cornisa. Allí encontrareis una carretera que os llevará de nuevo al punto de información turístico.

Gouffre de Padirac

Al este de Rocamadour, a apenas de 20 minutos en coche, encontramos ésta famosa gruta, una de las más grandes y espectaculares del mundo. Vale la pena hacer cola y paga la entrada (12,50€/persona). Aunque desde fuera pueda parecer un simple agujero en el suelo, las dimensiones en su interior son imponentes.

Descender hasta la base es solo el inicio de este viaje. Allí empieza un viaje hacia las profundidades de la tierra, dónde navegaremos en barca a través de un río subterráneo y de las caprichosas formas de la geología.

El acceso a la gruta solo está abierto en los meses de verano. Nuestro consejo es que, aunque vayas un día de tórrido Sol, os llevéis ropa de abrigo (jersey, pantalones largos y chaqueta los más frioler@s). Y es que la temperatura del interior de la gruta no suele superar los 10ºC.

Autoire

Pocos lugares se pueden encontrar en el mundo como Autoire. Una verdadera perla para los viajeros más auténticos, esta villa esconde un encanto único solo al alcance de los que aprecien los detalles. Se trata de un pequeño pueblo, al que prácticamente se accede si pasamos expresamente.

Además de la villa, existe una cascada a 20 minutos a pie. No es fácil encontrar el camino que lleva hasta ella, por lo que os aconsejamos os dejéis orientar por algún vecino de la zona. Tras una corta caminata  a través del campo y el bosque, llegaréis a un espectacular salto de agua. Sin duda, es un rincón de postal y una joya para los días de más calor.

Río Dordogne

Desde Autoire, encontramos el río Dordogne -protagonista de nuestro viaje- a 10 minutos al norte. Es un río con un caudal ancho pero bajo, haciéndolo ideal para rutas en kayak. Si seguís alguno de los caminos que resiguen este sinuoso encontrareis diversos embarcaderos donde poder aparcar y alquilar uno. Además, podéis contratar un servicio de recogida en autobús para volver al coche en el mismo embarcadero.

Para los más románticos, el río Dordogne ofrece multitud de rincones donde parar a hacer un picnic y probar los productos de la zona: el foie gras, la trufa, el vino o el queso de Rocamadour.

Carennac

Siguiendo el cauce del río llegamos a Carennac. Es un pequeño pueblo situado en lo alto de una peña. Sus casas son un claro ejemplo de la arquitectura tradicional del a región, siendo una de las villas más bellas de nuestra ruta. Desde lo alto tendréis una panorámica espectacular de la región y su curiosa geografía.

Martel

Situado al norte, al otro lado del río Dordogne, encontramos Martel. Sin duda, otro de los pueblos de parada obligada, donde poder comer o dormir. Pasear por sus calles es un viaje al pasado, donde la arquitectura de sus edificios mantiene vivo la historia medieval de esta villa.

No podéis perderos la plaza del mercado, también de época. Cada miércoles y cada domingo, de 8 a 13h, encontrareis paradas donde poder comprar productos locales a muy buen precio. Además, en la plaza también encontrareis restaurantes y cafés donde descansar, comer o tomar algo.

Collonges-la-Rouge

Acabamos nuestra ruta en esta pintoresca villa, situada al norte. Como bien sugiere su nombre, el color rojo de las fachadas, muros y calles son de lo más curioso. La piedra con la que están hechos, arenisca rojiza, es característica de esta localidad y se ha utilizado durante siglos. El resultado es un pueblo precioso, digno de los mejores cuentos de fantasía.

Si lo visitáis en coche, debéis saber que está prohibido el tráfico de vehículos en su interior del municipio. Así pues, deberéis aparcar en algunos de los parkings de la periferia o en alguna calle más alejada.

Sin duda, Collonges-la-Rouge merece un paseo tranquilo por sus calles. Cabe decir que si lo visitáis un día de lluvia, vale la pena mojarse un poco. Podremos ver el color rojo de sus edificios en su estado más vivo y reluciente.

Nosotros acabamos nuestra ruta por Lot – Dordogne aquí. Sea en solitario, en pareja o familia, es un destino digno de los viajeros más curiosos. Cultura, gastronomía, productos artesanales, rutas por espacios fantásticos son solo alguna de las cosas que podréis encontrar. A nosotros nos ha enamorado y seguro volveremos a repetir. Si aun tenéis dudas, en nuestro Instagram encontrareis más fotos, detalles y perspectivas.

Nos vemos en el próximo post 😉