En cada joya hay un binomio tácito: ser y llevar. Si tradicionalmente el oro, la plata y las gemas han sido el soporte por excelencia de este mensaje, hoy la joyería contemporánea ha conseguido ramificar su esencia a otros materiales. Hablamos de porcelana y con ella de Trinidad Contreras, quien ha conseguido unir arte, artesanía y joyas a los estándares del s.XXI. Finalista de la convocatoria anual de premios Loewe 2022, es sin duda una de las referencias más destacadas en joyería hecha a mano a nivel nacional y europeo. En Labois hemos podido entrevistarla.
¿Cómo empieza tu relación con la joyería?
Cuando entré en el instituto. Mi intención era estudiar Arquitectura, cosa que hice. Pero sí me sirvió para saber hacia dónde quería ir. Luego, por circunstancias de la vida, terminé haciendo Farmacia.
Me dediqué a trabajar, porque en casa había que trabajar ya que somos muchos hermanos. Tenía unas amigas viviendo en Cataluña y me animaron a ir a trabajar allí.
En Cataluña, comencé a trabajar en la hostelería hasta que conseguí cierta estabilidad. Fue cuando realmente me planteé qué hacer creativamente o artísticamente. Se me abrieron las dos primeras puertas: la pintura y la escultura. Buscando distintas propuestas que había en Cataluña, vi que en las escuelas había lo de joyería artística y eso me llamó mucho la atención.
A mí la joyería en sí nunca me ha interesado. Vengo de Andalucía, donde la joyería era muy tradicional y a mí tampoco me apasionaba. Pero visité diferentes escuelas hasta descubrir la Massana (Barcelona). Fue el momento en que pude ver una joyería diferente, el motivo por el cual me decanté por la joyería artística.
Haces joyas con un punto más artístico. Incluso has utilizado materiales como la porcelana. ¿Cómo unes estos elementos?
Cuando terminaba el grado superior de joyería artística, apareció el material de la porcelana en la escuela. En nuestro curso trabajábamos con madera, hueso, plásticos… En ese momento llega la porcelana. La profesora nos dejó un pella de porcelana en la mesa y nos dijo “no tiene elasticidad, no es caprichosa y es muy, muy suya”. Algo así tiene mucho carácter ¿no?
Fuimos varias las que nos quedamos bastante enganchadas al material. Rápidamente me fui a la porcelana, pero buscaba el volumen y ahí es donde comencé a hacer moldes, a hacer cosas muy sencillas, muy suaves, volúmenes cerrados. Justo estábamos con el proyecto final y ahí lo uní todo. Fue ideal incorporar la porcelana y yo le di continuidad para mi proyecto final.
Desde entonces, me están conociendo porque trabajo la porcelana. Me han hecho “especialista” en la porcelana, pero yo entre proyecto y proyecto cambio totalmente. Lo bonito es cuando te ven un trabajo y dicen “es muy tú” o “ya sabía que era tuyo». Es como buscar un nicho. Ahora hay todo un circuito de joyería con cerámica, con porcelana… donde también me llaman.
Es verdad que, sobre todo en los inicios, se busca experimentar con los materiales y se quiere hacer de todo. Es normal, pero es importante centrarte en algo para que luego puedas crear tu propio estilo, te puedan reconocer y vayas creando tu propia marca.
Requiere mucho tiempo, tienes que trabajar mucho y de una manera muy, muy honesta para encontrar tu propio estilo y personalidad. Tienes que hacerte caso todo el rato a ti, porque si estás pensando en las piezas de fulanito que te gustan y quieres algo de ese estilo a tu estilo, se queda tapado por capas y al final no se ve.
Y no te puede no gustar porque eres tú al final. Pero ahí es donde vamos a encontrar siempre la diferencia.
Eres muy innovadora en lo que haces. Las joyas de Trinidad Contreras no son joyas tradicionales. Has creado un estilo, muy diferente y propio. Supongo que de igual manera, tú también has notado que tus joyas no son las de las tiendas habituales, ni tampoco son las de una galería de arte. ¿Te encuentras un poco entremedio?
Sí, salí de la escuela queriéndome dedicar a la joyería con intención artística porque nos preparan para eso.Cuando sales, la realidad es otra. Están los concursos, exposiciones… aquí en España te dicen que no, buscas galerías fuera porqué el circuito está fuera de ese tipo de joyería.
Y para alguien que, por ejemplo, quisiera empezar o que también ha estudiado en una escuela como Massana, ¿cómo es el proceso?
Una vez que sales de Massana, yo recomiendo que ya tengas tu proyecto final. Buscas convocatorias que estén abriéndose. Busca dónde te puedes presentar, si son gratuitos mejor.
Yo recuerdo que fuimos varios recomendados para participar en una exposición en Holanda. En esa galería se elegían trabajos de todas las escuelas a nivel mundial y de alto nivel. Una vez que apareces en ese premio, te abre también bastantes puertas, porque ya te conocen en Holanda y si te conocen en Holanda ya está.
Con el tiempo, ¿ ya han empezado a buscarte?
Claro, te pueden buscar, pero no te buscan si no te conocen. A mi lo de llamar a una galería y decirles “Hola, estoy aquí” no me ha funcionado, como mucho algunas responden “no, gracias”. Por suerte, me funcionó más lo del premio en Holanda. Fue un poco rodado, pero hay que ser muy constante y no dejar de trabajar.
Ahora es cuando yo estoy abierta a una joyería más convencional o más asequible, pero yo ya me he estado formando.
Es la parte más creativa e innovadora la que al final te hace destacar. Si tú eres capaz de hacer esto, luego serás capaz de hacer una línea, como la que comentas ahora, más ponible.
Más económica, más fácil de llevar por su volumen, por su peso…. Claro, pero ahora es lo que para mí no ha sido fácil. De la pieza que he hecho más, por ejemplo el broche, ahora voy a sacar una pieza más pequeña que la puedo aplicar a un pendiente, a un anillo…Llegar a eso me ha costado mil vidas, porque a lo mejor no era tampoco lo que buscaba y ahora quiero que todo vaya como más fácil. No quiero hacer algo más convencional, que se separe mucho de mi, quiero mezclarlo todo. Y al final, disfrutas todo el proceso.
Entrando en tu proceso de trabajo ¿Cómo es? ¿Creas una colección o realizas pieza a pieza, de manera única?
Puedo responder a esto porque hasta hace poco me sentía que estaba como en aquel proyecto final. Durante ese proyecto empiezan a salir ideas, muchas ideas. Las escribes o las anotas. Es como si las ramificaciones de las ideas que te vienen van generando el siguiente proyecto. Yo lo visualizo como una línea que se va ramificando y yo sigo recta, recta y voy cogiendo de lo que va saliendo. Y sobre todo hay que saber cerrar el proyecto.
Al final también son retos personales y también pasárselo bien, querer mejorar
Mucho está en la fuerza que haces en el proyecto. Sí, porque la pereza está ahí y viene muchas veces. Entonces si ya la reconoces, dejas el proyecto, paras, te pones a hacer otra cosa, pero siempre retomarlo.
Es la esencia de la parte creativa. No es un proceso empresarial de fabricación, dónde sabes qué tardas tanto. Aquí cada caso será especial.
Tengo algunos proyectos que sé que fueron de un año. Salieron 12 piezas con sus estuches. Hay algunos que lo dejo a medias y me quedo con tres piezas, cierro y me voy a otro. Después ya empiezo con otra idea porque me aburro pronto también.
En la obra de Trinidad Contreras destacan los broches ¿Por qué?
Como te he dicho, ya nos domesticaron en la escuela para eso. El broche es el formato no de joyería y está menos condicionado por el cuerpo. No te toca directamente la piel y eso quiere decir también que no tienes que tener tan en cuenta el peso. Es más como un mensaje que puedes llevar, puede ser bello, te decora pero a la vez lo compartes muy bien con el público, con amigos. Es como una pequeña obra que puedes llevar puesta.
Y ahora que hablábamos de broches, en 2022 quedaste finalista en la convocatoria anual de Loewe. ¿Cómo fue esta experiencia?
Quedé finalista en la convocatoria anual de Loewe, entre más de 3100 participantes. Ellos ponen en valor, aparte de la destreza técnica de que sea artesano o semiartesanal, de que posea un diseño artístico que actualiza la tradición. A mí me ha ayudado a dar credibilidad y creer más en lo que estoy haciendo, algo que a veces cuesta.
Obviamente, también te ayuda con el currículum, que te conozcan mucho más, que te puedan salir oportunidades más interesantes.
¿Cómo es el proceso de presentarte? Quizás más gente se anima en las próximas ediciones
Es importante que tengas un trabajo hecho que realmente se aprecie y se valore, con un máximo de hasta cinco años de antigüedad. Yo trabajo más en prepararme las piezas que para presentarme a esto. A mi me funciona más y luego es más sencillo. Tienes que tener buenas fotos y hacer como una presentación un poco bien en formato texto, pero no es que tengas que enviar un powerpoint.
Para inscribirte, tienes que ir rellenando todo lo que te piden. Es sencillísimo y tener tu currículum va bien. Recuerdo que me preguntaron trabajos anteriores, algunas imágenes… que vean que tienes un bagaje, que ya te dedicas de manera profesional, que no quiere decir que vivas de ello, sino que realmente tienes un trayecto y te dedicas.
Y ahora la pregunta que a todo el mundo le da tanta rabia. ¿Tú cómo te consideras? ¿Artista?¿Artesana? ¿Cómo te defines?
Joyera contemporánea con intenciones artísticas.
¿Cuál ha sido la pieza que más te ha gustado hacer o de la que estás más orgullosa?
Hay un trabajo muy especial, el de Cantayflora. Es de cuero con porcelana. Lo tengo muy presente. Lo empecé en enero del 2013. Comienzo ese proyecto pero ahí sí que no sabía dónde iba. Lo que tenía muy claro aquí es que quería realizarle el estuche a cada una de las piezas. Ya venía con la idea desde que estuve en Holanda de hacer algo como una segunda piel a las piezas. Entonces ahí me puse a trabajar con la piel y con el cuero. Yo no tengo formación en piel, pero encontré una técnica buscando online de cómo se hacían las cantimploras. Entonces descubrí cómo se hacían las cantimploras, los contenedores para transportar vino y agua, y me puse a experimentar con esa técnica. Comencé a hacer lo mismo que estaba haciendo en porcelana, formas cerradas, y se conectaron los dos sin querer. Ese proyecto está realizado en parte de porcelana y parte de cuero. El proyecto se llama así, no cantimplora, sino canta-y-flora.
¿Dónde podemos encontrar tus piezas hoy en día?
En galerías, en exposiciones y en mi web por supuesto. También en algunas tiendas de Barcelona, aunque no entran en el circuito tradicional de joyería.
Por otra parte, mi intención es tener un pequeño apartado con piezas más exclusivas a través de mi web.
¿Cómo te ves de aquí cinco años?
Pues mira, sí que me gustaría más espacio y estar trabajando con más gente. Me gustaría tener un espacio más grande donde poder hacer mis clases y que hubiese otra gente también trabajando.
Obviamente, también seguir haciendo mis piezas. Es lo que me hace feliz y bueno, un poco seguir como estoy, pero mejorar muchas cosas.
Desde Labois agradecemos a Trinidad Contreras su colaboración. Si te ha gustado la entrevista, puedes ver y escuchas otras que también hemos realizado a artesanas y profesionales del sector handmade aquí.
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Nos vemos en el próximo post 😉