La Asociación de Artistas y Artesanos del FAD (A-FAD) organizó la 30ª edición del proyecto Tallers Oberts Bcn el 10, 11 y 12 de noviembre de 2023. Desde su primera edición, en 1993, estas jornadas ofrecen a las personas que trabajan en los ámbitos creativos, del arte, la artesanía y el diseño que tienen un espacio de trabajo en Barcelona o l’Hospitalet la posibilidad de enseñar su trabajo a la ciudadanía dentro del espacio donde se desarrolla el proceso creativo: el taller.
Cada año participan una amplia diversidad de espacios, locales de creación y talleres que testimonían la gran representatividad del sector en nuestro territorio. Talleres individuales, coworkings, escuelas de artes y oficios, empresas privadas, museos, galerías de arte, etc. Se trata de una oportunidad para todas aquellas personas que quieren descubrir el talento creativo de la capital catalana.
Además, Tallers Oberts Bcn se complementa con un extenso programa de actividades que tienen lugar en los propios talleres y espacios de creación participantes en las jornadas. Las personas que los visitan pueden probar y experimentar los procesos creativos de primera mano a través de propuestas muy variadas: workshops, conferencias, presentaciones, demostraciones,…. Estas actividades responden a la voluntad de experimentar de cerca el arte, la artesanía y el diseño al público profesional, a las personas que quieren iniciarse y también a las familias.

Labois en Tallers Oberts 2023
En la edición de este año, marcada por el 30º aniversario, desde Labois hemos participado como medio de difusión de esta jornada. Adriana Campo, fundadora de Labois, realizó un artículo destacado para la versión impresa del programa de Tallers Oberts Bcn. Aquí os lo compartimos:
¿Qué compramos cuando compramos artesanía?
Los talleres o workshops son más populares que nunca en la ciudad: nos ofrecen la oportunidad de poder adentrarnos en el mundo de la cerámica, joyas, madera, vidrio… Barcelona se reivindica así como una de las capitales del diseño y del «hecho a mano». La artesanía no solo está de moda, es ya un estilo de vida.
Entre oficios y conocimientos milenarios, encontramos historias con nombre y apellido. Y es que la vida pocas veces va en línea recta. Es un camino lleno de retos, obstáculos y oportunidades donde a menudo las cosas no acaban saliendo como uno espera. Esta realidad tiene mucho que ver con el trabajo del artesano. Desde fuera no suelen dar pistas, pero lo que se esconde detrás de la fachada de esta diversidad de talleres va más allá de la clásica imagen de nostalgia o de las voces que sentencian su extinción. ¿Sabías que el torno de cerámica tiene su origen en el Antiguo Egipto, hace más de 5.000 años? Hoy todavía es una de las principales herramientas de los ceramistas profesionales.
Trabajando muchísimo y con voluntad de mejorar, los artesanos han encontrado vías para adaptarse en los nuevos tiempos, tomando conciencia de la necesidad del respeto por el territorio y sus habitantes. Al fin y al cabo, estamos hablando de un comercio local y de proximidad. En este escenario, nos es inevitable recordar la máxima del diseñador Miguel Milà, quien señalaba la importancia de «cuidar aquello cotidiano porque es aquello que tenemos más cerca».
Lejos de connotaciones bucólicas, el taller del artesano es el epicentro de la creación. Es aquí donde se unen conceptos que a primera vista parecen contradictorios: pensamiento y belleza, conocimiento y emoción, técnica y arte. En un tiempo marcado por tendencias efímeras y consumo rápido, se mantiene el diálogo entre el artesano y el material como la única vía para crear una pieza única, inesperada y profundamente humana.
Por otro lado, la artesanía continúa respetando sus propios tempos. Imaginamos un objeto común para todos: una taza. El momento de comprarla nos puede suponer solo unos segundos o minutos, pero ¿cuánto tiempo se ha necesitado para que esa taza sea una realidad? Cuando la pieza llega al estante de la tienda pone el punto final a un proceso iniciado hace semanas.
En este periodo, la taza ha sido modelada y pulida a mano, con la precisión y presión justa para no deformarla. Después, requiere un riguroso tiempo de secado, que no se puede forzar porque depende del aire del ambiente. En las fases finales encontramos el esmaltado, una técnica que exige un gran dominio tanto de los pigmentos como de la aplicación. Y finalmente, la cocción (que según la tipología, puede repetirse hasta 3 veces en todo el proceso). Además, el horno es siempre tan caprichoso… A causa de la alta temperatura de cocción, muchas piezas no sobreviven y obliga volver a empezar el ciclo de nuevo. Y esto no es todo. Hay talleres que elaboran ellos mismos la arcilla, un proceso todavía más auténtico y laborioso. Pero es en esta génesis donde encontramos historias y experiencias únicas.
Comprar artesanía implica comprar procesos largos y técnicas exigentes que en muchas ocasiones realiza una única persona. Detrás de cada pieza hay horas buscando inspiración y haciendo esbozos, conocimiento aprendido a base de pruebas y habilidad en el dominio de los materiales. Todo esto suma más exclusividad a la pieza, pudiendo llegar a definir una marca propia.
Desde una perspectiva más comercial, los artesanos de hoy también han aprendido a mimar el producto más allá de su creación: dotarlos de una marca personal, con fotografías muy cuidadas, un packaging más personalizado y una apuesta por las sensaciones. Texturas, colores y olores forman parte de una estudiada experiencia.
Por todo esto, sería un error simplificar en el precio la comparativa con las otras opciones del mercado. No hay dos piezas iguales como tampoco hay dos artesanos iguales. El valor humano que transmiten las imperfecciones y el esfuerzo para corregirlas, la búsqueda de la excelencia a través de la práctica, cierran el círculo que define qué compramos cuando compramos artesanía.
En muchos talleres de la ciudad podemos ver esta evolución de la artesanía, que en muchos casos ya incorpora nuevos procesos tecnológicos como la impresión en 3D, nuevos materiales biodegradables o el uso de la inteligencia artificial. «Adaptarse o morir», pero reivindicando una forma de vivir diferente, más pausada, valorando los procesos de todo aquello que se hace a mano: más humano, próximo e intrínsecamente sostenible.
Por todo esto, comprar artesanía va más allá del simple consumo materialista. El producto artesanal se erige hoy como un objeto de deseo. Como consumidores, buscamos exclusividad, algo que sorprenda y nos represente. Somos lo que compramos: la moda, la perfumería, la decoración,… no son solo placeres, también son parte de nuestra puesta en escena en la sociedad. Solo un producto hecho a mano permite satisfacer esta demanda tan exclusiva, íntima y personal, sin renunciar a la autenticidad y la calidad.
Te invitamos a mirar, sentir y experimentar los Tallers Oberts de Barcelona. A practicar una escucha consciente para descubrir sus técnicas, pero también para conocer la parte más incondicional, silenciosa y única que hay detrás de su trabajo. Haz una pausa y adéntrate en la cultura de la artesanía.

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