Si en el pasado post os presentábamos las diferentes tipologías hoy os explicamos cómo preparar el cepillo de carpintero de una manera efectiva sin morir en el intento. Ya sea una garlopa, un guillaume o un cepillo metálico, su uso es muy similar aunque sus aplicaciones sean muy diferentes.
Un cepillo de carpintero en realidad es muy parecido a un escoplo o formón inclinado en el interior de una caja de madera. El filo de la hoja que sobresale por la base penetra en la superficie de la madera, levantando la viruta por encima del cepillo (lumbrera). Contra más sobresalga la hoja, más madera arrancará. Los tacos de madera situados delante y detrás de la hoja presionan la superficie, favoreciendo un corte guiado y una profundidad constante. Sin estos, la hoja levantaría la madera siguiendo la beta y sería muy difícil conseguir una superficie plana.
1.- La sujeción de la cuchilla:
Lo que mantiene fijada firmemente la hoja al cepillo de carpintero es la cuña. Se trata de una pieza de madera dura o metal que se introduce por la lumbrera. Ésta hace presión sobre la cuchilla y evita que vibre mientras estamos trabajando. Además, su forma está pensada para facilitar la salida de las virutas.
Para que funcione bien, la cuña debe ser puntiaguda, abarcando la mayor parte del cuerpo de la hoja a excepción de los extremos. Es importante que se asiente bien, ajustándose perfectamente al ancho y grueso de la hoja. Por el contrario, en el caso que la cuña presente deformaciones o grietas, lo mejor será substituirla por una nueva ya que supone un peligro tanto para la hoja, como para el proyecto y el trabajador.
Una vez colocada, solo será necesario golpear suavemente la cuña hasta que quede firme. Si se golpea en exceso la cuña puede avanzar demasiado, obstruyendo el corte. Es una herramienta de precisión y requiere mimo, si se trata con violencia, es probable que se acabe rompiendo o haciendo daño a alguien.
2.- Un buen ángulo de corte:
El siguiente paso es buscar la posición correcta de la cuchilla dentro de la caja. De entrada debemos tener en cuenta que un bisel más largo dará un ángulo de corte más agudo, mientras que un bisel más corto requerirá un ángulo mayor. Aunque parezca complicado, la explicación es sencilla. Imagina que tenemos un lápiz con una punta muy afilada. Para poder escribir, será necesario inclinarlo mucho si no queremos romper la punta –igual que un bisel largo-. Si en vez de un lápiz tuviésemos una tiza cuadrada, la posición de esta debería ser prácticamente perpendicular a la superficie –hoja con bisel corto-.
Por suerte, existen ciertos trucos para determinar el mejor grado de inclinación. Esta inclinación viene marcada principalmente por la dureza de la madera que tengamos que trabajar. Para maderas blandas, el corte deberá ser más agudo ya que la resistencia de la madera es menor. En este caso, lo ideal es que se sitúe entorno los 25º. Por el contrario, si la madera es dura, la hoja requiere mayor inclinación para tener más consistencia en el corte, por lo que lo mejor es situar la cuchilla a 35º. De esta manera también evitaremos que el filo se rompa o se doble por el esfuerzo.
En resumen, la hoja del cepillo de carpintero se monta más inclinada para las madera blandas, mientras que para las duras es necesario que esté más derecha. Si cepillamos una superficie con demasiada inclinación, nos costará más hacerla avanzar.
Consejo: si colocas la cuchilla muy inclinada, deberás afilarla con frecuencia. Si además el bisel de la hoja es defectuoso, presionará la madera, impidiendo que el filo corte.
3.- Pulido con contrahoja:
Para trabajos que requieren un acabado más cuidado, la contrahoja supone un elemento esencial. Se utiliza en los cepillos de pulir (no en los de un sola hoja, utilizados para trabajos más toscos) ya que la contrahoja obliga a la viruta a doblarse hacia delante, evitando que se astille. Además, supone un refuerzo para el filo, aportando un plus de eficiencia al cepillo.
Para utilizarlo correctamente, la contrahoja debe estar perfectamente ajustada a un milímetro de la punta del filo de corte de la cuchilla. Si la distancia es superior o inferior, las virutas se obstruirían en la boca del cepillo o entrarían entre hoja y contrahoja, dificultando el trabajo. Además, si la contrahoja se sitúa lejos del filo, no tendrá ningún efecto, pudiendo astillarse la madera de la misma manera que si no tuviésemos contrahoja.
4.- Cuidado del cepillo de carpintero:
Como hemos comentado, el cepillo de carpintero puede ser el mejor aliado del craftman, pero requiere atención y cuidados. Es importante revisar que esté bien afilado antes de empezar cualquier trabajo. De hecho, es muy recomendable realizar una prueba en otra superficie para ver en qué punto se encuentra.
Por otro lado, para comprobar que la cuchilla sobresale lo suficiente de la base del cepillo, se mira a ojo, llegando a pasar con mucho cuidado los dedos por encima (en el sentido que no corte). De esta manera, podremos asegurarnos que el filo sale por igual en toda su extensión. De esta manera podremos corregirlo y equilibrarlo.
Durante su uso, debemos tener en cuenta en los momentos que dejemos de trabajar con el cepillo, lo colocaremos de lado, evitando que el suelo o cualquier otra superficie haga retroceder la hoja o la dañe. Asimismo, si hemos acabado nuestro trabajo y no lo volveremos a usar, lo mejor será hacer retroceder la hoja para que el filo se conserve en el interior de la caja.
Finalmente y, aunque la tentación nos llame, se debe evitar utilizar destornilladores u otros objetos metálicos para retirar las virutas de la caja. Lo ideal es hacer uso de algún palillo de madera, así evitaremos hendiduras en la caja o romper el filo de la hoja.
Y esto es todo por hoy. Esperamos tu comentario 😉
¡Nos vemos en el próximo post!
Una respuesta
Excelente post!!! Es muy interesante analizar un poco el tema de los filos. Estaba buscando algo así. Gracias!! Pregunto si el ángulo de la caja donde apoya la cuchilla, debe tener un ángulo específico o sugiere algún ángulo? Tengo uno de mi abuelo como el de la última foto. Saludos!