Hace unos días os presentábamos un breve resumen de los mejores soportes para acuarela. Lo cierto es que desde entonces no nos hemos podido quitar de la cabeza los molinos de papel. Hemos investigado sobre este tema, sus técnicas y métodos de fabricación y nos ha fascinado. Si tú también quieres conocer más de cerca cómo se elaboran algunos de los mejores papeles de nuestro país, atento a este post. Te presentamos 4 ejemplos modelo de tradición, calidad y compromiso con la excelencia.
Molinos de papel: tradición y modernidad
Eskulan
En el corazón del País Vasco encontramos Eskulan. Se trata de un molino de papel que, como bien indica su nombre en euskera, es todo un ejemplo de “trabajo manual”. En su interior se elaboran infinidad de colores, texturas y gramajes. Son papeles especiales, de alta calidad, que han sido el soporte de artistas de la talla de Eduardo Chillida.
Juan Barbé y Javier Viñarás son los artíficies y responsables de este proyecto, uno de los mejores molinos de papel de nuestro país. En su taller, podemos encontrar papeles para grabados, serigrafías, acuarelas… además de otros importados de países como Nepal, Filipinas o México. Se podría decir que cada papel es en sí mismo una obra de arte, realizada con gran mimo y cuidado. En su web encontrarás una muestra de este amplio abanico, del es difícil resistirse a comprar.
Garzapapel
La elaboración del papel continúa siendo uno de los trabajos más contaminantes de nuestro tiempo. La necesidad de altas cantidades de agua para su realización y el uso de agentes químicos blanqueantes generan un grave impacto medioambiental. A escala industrial, este proceso puede agravarse si además va asociado a la desforestación.
Ante este panorama, encontramos uno de los molinos de papel más comprometidos con la producción responsable y sostenible: Garzapapel. Ubicada en Valencia, esta empresa está dedicada a la obtención de papel artesano, hecho a la manera tradicional. La diferenciación está en su compromiso: utilizar solo materias primas no contaminantes. Para ello, utilizan algodón 100% reciclado y productos naturales de origen agrícola (cereales y resinas vegetales). De esta manera, pueden crear papel no solo de alta calidad, sino contribuir un modelo de desarrollo sostenible.
En su catálogo encontramos una amplia variedad de referencias: papeles para acuarela, dibujo, plumilla, cuadernos… Lo difícil será decidirse 😉
Molino de Capellades
En el pequeño pueblo de Capellades (provincia de Barcelona) encontramos uno de los molinos de papel más bellos y conocidos de nuestro país. Su historia se remonta al siglo XVIII y hace unos años fue reconvertido en museo. Allí se recoge e ilustra cómo se elaboraba el papel en aquella época, pero también se sigue fabricando papel artesanal por encargo.
En el molino de Capellades podemos encontrar papel hecho a mano de altísima calidad, libre de ácido (PH Neutro). Se realiza a partir de diversas fibras: algodón, lino, cáñamo, abacá y sisal. Ello le da unas características que hacen de este papel uno de los más versátiles, siendo especialmente indicado para artes gráficas y plásticas. Además, se ofrecen a un precio muy atractivo y es uno de los más respetuosos con el medio ambiente.
Si algún día viajas a la ciudad de Barcelona, vale la pena acercarse hasta este molino. Podrás conocer de primera mano cómo se elaboraba el papel hace más de 200 años o participar en alguno de sus cursos y talleres.
Sastres Paperers – Molí de la Farga
Finalmente, uno de nuestros molinos de papel favoritos: el Molí de la Farga. Su historia va ligada a sus tres fundadores, Toni Sardà, Jordi Torrent y Mamen Cagigós. Toni se formó en Capellades, donde aprendió el oficio de artesano papelero. Poco después abriría su propio taller en Crespiá (Girona), donde recibiría un encargo del artista Antoni Tàpies. Gracias a ello, Toni pudo darse a conocer y desarrollar el proyecto del molino de papel. Su objetivo era -y continúa siendo- el de ofrecer un producto de calidad hecho a mano bajo la marca Aquari. Desde entonces, sus papeles se pueden encontrar en tiendas de todo el mundo y continúan siendo utilizados por artistas nacionales e internacionales.
El proyecto daría un paso decisivo en 2014, cuando participan en la empresa Sastres Paperers. Todo el saber hacer de estos artesanos de traslada, ahora sí, al Molino de la Farga de Banyoles (Girona). Se trata de un molino con más de 300 años de historia que pasa a albergar un proyecto con vocación social, cultural y formativa. En este taller se elaboran multitud de papeles, entre los que destacan los germinados de Sheedo, uno de los productos más molones del momento.
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Nosotros lo dejamos aquí por hoy. ¿Qué te han parecido estos molinos de papel? ¿Conoces alguno y te gustaría compartirlo?
Nos vemos en el próximo post 🙂